marzo 24, 2023
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Último fin de semana para disfrutar de «El Avaro de Molière» en el teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa

Por Almudena Castellanos

Desde el pasado 9 de febrero y hasta este domingo, la Sala Guirau del teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa, acoge el montaje El Avaro de Molière, de Atalaya Teatro.

Es una excelente versión de El avaro de Molière que no dejará indiferente a nadie. Una obra clásica estrenada en 1668 cuyo mensaje y contenido está de plena actualidad en la era del capitalismo.

Pasiones, intrigas, mentiras, adulaciones, tienen en el dinero su mejor maestro de ceremonias. La puesta en escena sorprende y cargada de dinamismo y modernidad. Música y vestuario, contribuyen a ello.

Un decorado sencillo y elegante lleno de simbolismo con puertas que se abren y se cierran y cambian de finalidad y contexto dependiendo de la escena. Actuaciones cargadas de movimiento y energía que hacen mas creíble la sátira de la que son protagonistas unos personajes que, por sus explicitas debilidades, resultan entrañables aún con sus defectos.

¿Cómo si no se explica que el personaje del avaro, tan malicioso, vil por momentos, termine ganándose la simpatía de los espectadores por su débil humanidad? Será que el hombre capitalista tiene algo de ávaro. Pobre hombre rico…

Obras maestras de Molière

Este montaje es una de las obras maestras de Molière y uno de sus últimos textos. La obra muestra el lado más mezquino y egoísta del ser humano, donde se lleva al extremo los problemas generados por el dinero y el poder, lo que resulta de notable actualidad. Ricardo Iniesta (premiado como director, pero también como adaptador) ha realizado una adaptación del texto de Molière manteniendo la médula espinal del mismo, pero eliminando las partes que peor han envejecido o que resulta más costumbristas e introduciendo algunos elementos del mordaz guion que Tonino
Cervi y Alberto Sordi elaboraron para una recreación cinematográfica de la obra de Molière hace tres décadas.

Por otro lado, se potencia el carácter coral de los personajes que acompañan en escena a
Harpagón,
tal como Atalaya lleva a cabo en sus adaptaciones de clásicos, y con mayor motivo al
tratarse de un musical. Ricardo Iniesta explica cómo es esta adaptación en la nota de prensa: “El montaje es en clave de musical, lo que unido a que el protagonista lo encarne una actriz serán dos aportaciones claves en la adaptación por parte de Atalaya, así como la huida de la ambientación clásica y la presencia de los actores durante toda la representación en modo coral. En esta comedia todos espían a todos, por eso las puertas cerradas, abiertas, entreabiertas… a veces muros infranqueables y a veces barras de un burdel. En ocasiones artefactos amenazantes, plataformas que giran vertiginosamente y en otras, tumbas, prisión o patíbulo”.

“El coro musical, que no son otros que los criados, supone un contrapunto, no sólo en la partitura sonora, sino en la propia concepción del espectáculo, al establecer “nudos” que van apareciendo a lo largo del montaje, creando una dramaturgia paralela a la del propio texto del autor, lo que enriquece la percepción del espectador. La idea escenográfica gira en torno a las puertas, puertas que provocan sonidos inquietantes o estruendosos, a veces rítmicos… Puertas por las que mirar por la cerradura, puertas cerradas bajo numerosos cerrojos (tras las que se esconde Harpagón y ante todo él oculta su tesoro), puertas que se abren para que escape la hija de Harpagón, puertas que los criados y el coro musical convierten en un laberinto tras el que se ocultan o por el que aparecen. La música, casi siempre interpretada en vivo por la orquestina, imprime al espectáculo un ritmo que mantiene de principio a fin enganchado al espectador, tanto por los acordes como por las letras de las canciones que interpretan las actrices y actores. Más de una veintena de temas burlones, con alguna ruptura más contemporánea”, explica.

Atalaya Teatro

La compañía celebra con este montaje y con Marat / Sade de Peter Weiss sus 40 años de trayectoria, en la que ha conseguido crear un estilo propio que se basa en la energía del actor, tanto a través del cuerpo como de la voz, la lectura contemporánea de los grandes textos universales, la fuerza expresionista de las imágenes y el tratamiento poético del espacio, la música y los objetos. La continuidad de su equipo estable permite largos procesos de investigación en cada montaje.

En estas cuatro décadas los montajes de Atalaya Teatro se han representado en más de medio millar de ciudades y en 180 festivales nacionales e internacionales, en 40 países de los distintos continentes y ha recibido más de 60 galardones, entre los que destaca el Premio Nacional de Teatro en 2008, además de varios galardones internacionales en varios países de cuatro continentes. En ese mismo año, 2008, puso en marcha el Centro Internacional de Investigación Teatral, TNT, que ha tomado parte en seis programas culturales de la Unión Europea.

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